“No puedo ser la única pasando por esto. No puedo ser la única sintiéndome así. ¡Por favor, que alguien me diga que no soy la única que la pasa así de mal!” Estos eran algunos de los muchos pensamientos que se cruzaban y atormentaban mi mente durante todo el día. Me sentía completamente sola e incomprendida y no entendía cómo la gente puede intentar dejar de fumar sin ayuda de alguien más.
¿Por qué será que nos cuesta tanto trabajo romper el silencio y buscar ayuda?. ¿Ego? ¿Vergüenza? ¿Inseguridad? Creo que para mí fue una combinación de todas. Cada media hora quería agarrar mi cartera y salir a comprar la que, ahora sí, sería la última cajetilla de mi vida. ¿A quién le podía contar cómo me sentía si mis personas cercanas seguían fumando? Así fue como conocí a Mario. Desde que empezó la pandemia de COVID, no me siento cómoda tomando el elevador del edificio del pequeño departamento que rento. Al principio, subir las escaleras significaba dejar medio pulmón en cada escalón. Fue un gran reto, pero cada día que pasaba me costaba menos trabajo. Un miércoles, cuando salí a estirar las piernas para despejar la mente y no pensar en mis cigarros, me encontré a Mario en las escaleras. Él también iba a dar un paseo para tratar de reducir su ansiedad. Así empezamos a platicar, fuimos construyendo una amistad y nos dimos cuenta de que compartíamos sentimientos de preocupación. Él y yo nos sentíamos mucho más liberados, motivados y acompañados cuando nos contábamos las frustraciones del día. ¡Qué importante fue darme cuenta de que el apoyo que necesitaba podía venir de la persona que menos imaginaba y, muchas veces, también de desconocidos!
Estas pláticas con Mario me impulsaron a buscar ayuda en línea. Descubrí que existen grupos de apoyo donde la gente se conecta para poder platicar con alguien más sobre los retos que enfrentamos todos los días cuando hemos decidido dejar de fumar. Entendí que todos los seres
humanos necesitamos sentirnos cerca de otras personas y no hay nada de raro ni malo en eso. Es nuestra naturaleza. “En bola”, las cosas son menos difíciles.