La semana pasada vi a mis mejores amigas por primera vez en toda la pandemia y fue precioso, las extrañaba muchísimo. Teníamos millones de cosas que platicar y chismes en qué ponernos al corriente. Estaba tranquila porque nos vimos en un lugar abierto y las 3 ya estamos vacunadas, pero había algo que me preocupaba. Ellas eran el grupo de amigas con las que fumaba y era la primera vez que nos veíamos desde que yo tomé la decisión de dejar el cigarro. La verdad es que siempre han sido un gran apoyo en este proceso e incluso decidieron no fumar en la cena para que yo no pasara un mal rato viéndolas, pero eso fue inevitable. Era la primera vez que me enfrentaba a una situación así y hasta los ceniceros me hacían extrañar mis cigarros. Regresé a casa y medite un rato para sentirme un poco mejor, pero esta vez no fue suficiente.
Hace tiempo que no me sentía así de sola y hasta un poco incomprendida. Hay muchas cosas pasando en mi cabeza y en mi cuerpo, que por momentos lo hacen todo demasiado abrumador. El Novio siempre me escucha y a pesar de que está haciendo un esfuerzo para dejar el cigarro paulatinamente, no vive lo mismo que yo. No compartimos síntomas de ansiedad y eso hace que no me sienta tan cómoda hablando de todo lo que me pasa. He escuchado que existen grupos de personas que se reúnen a platicar de sus experiencias, pero la verdad es que no me siento lista para estar en un grupo de personas desconocidas.
La línea de ayuda era mi última opción porque probablemente si hoy no pedía ayuda, mi día no iba a terminar bien…sentí que podía recaer. Nunca me había animado a marcar porque no entendía bien qué necesitaba; no estaba segura si tenía que tener seguro médico, si me iba a contestar una máquina y nuestra conversación iba a ser a través de botones, si tenía una especie oportunidades limitadas para marcar –como estampitas que tienes que guardar para los momentos especiales–, etc. Entonces como no sabía qué esperar decidí animarme hoy y ver qué pasaba.
Sin exagerar, puedo decir que la línea de ayuda ha sido de las mejores cosas que me han pasado desde que dejé el cigarro. Puedes marcar varias veces y aunque no he hablado más de una vez con la misma persona, no ha habido una sola ocasión en la que no me sienta escuchada, apoyada y acompañada. ¿Está mal si ya la tengo en mi speed dial?.
Si tuviera que decir 3 cosas que más me gustan de la línea diría que:
- Puedo pedir ayuda sin que nadie me juzgue o me cuestione por lo que estoy pasando o sin miedo a “cansarlos” con mi tema de “siempre”
- Me ayudó mucho a tener un plan para esos días que la ansiedad me ataca y saber qué puedo hacer cuando se me antoje un cigarro
- Me dieron tips super útiles y me sugirieron un par de aplicaciones gratuitas que puedo traer en mi teléfono para cualquier momento de crisis o de ansiedad e incluso me sugirieron un par de lugares dónde podría encontrar y recibir medicamentos gratuitos para dejar de fumar
Yo sé que hay cosas que no son para, o que no les funcionan a todas las personas, pero no quería dejar de compartirles lo que para mí ha sido de las herramientas más útiles en todo este proceso. Aquí les comparto el número: 1-855-335-3569 (1-855-Dejelo-ya, para que te acuerdes más fácil).